Más de una vez he escuchado a los emprendedores decir que “todo empieza por un changarro”, llenos de esperanzas y sueños “invierten” sus recursos en el changarro que les promete una independencia financiera futura, visualizando, en sueños, un gran negocio al final del camino.
El sueño parece ser precoz y la realidad nos despierta como esa alarma castrante que en un día festivo o inhábil se te olvido desactivar y “descansar” un poco más. Los recursos se acaban más rápido de lo que parece, “el colchón” para iniciar resulta ser un “colchón hotelero” que a los 3 meses de tremendo uso empieza por desbaratarse.
El 75% de los emprendimientos en México fracasan. Desde la perspectiva en inteligencia de mercados, la experiencia en el desarrollo de proyectos de inversión, consultoría y estudios de mercado, puedo definir que en gran parte el culpable es lo que ahora denomino “pensamiento de changarro” o “pensamiento chagarrero”.
1 de cada 3 mexicanos que tienen deseo de emprender un negocio, no lo hacen por miedo al fracaso, ese miedo es equivalente al pánico escénico, y la única forma de evitar el pánico escénico es tener el conocimiento necesario para estar en el escenario y hablar de un tema que se domine.
En clases de Comunicación le he dicho a mis alumnos que el pánico escénico es el miedo a quedar como “pendejo” frente al público, y en la cultura actual el miedo al fracaso en los negocios es exactamente lo mismo, miedo a no tolerar la crítica de nuestros allegados que al ver nuestro intento fallido no nos bajaran de pendejos, ilusos, soñadores, fracasados y muchos adjetivos más que disimularán su envidia al ver que no te quedas con las ganas de hacer lo que ellos no llegan ni a intentar.
Entonces ¿Cómo puedo NO ser un pendejo frente al escenario? Es más fácil de lo que se cree, pero te exige dedicación, investiga, estudia y deja de creer que el Vox Populli o la experiencia ajena te dará el conocimiento necesario para emprender.
Si tu referencia de éxito es aquel joven “emprendedor” que hace negocios entre conocidos, que tiene el auto del año y viste con ropa que le hace parecer tótem publicitario por donde se mueve. Te tengo malas y buenas noticias: la mala noticia es que no tienes ni idea de lo que es el éxito, la buena es que al no saber lo que es tienes un campo fértil para construir nuevos conocimientos.
El “pensamiento changarrero” te va a llevar a cometer errores, como creer que al momento de abrir un negocio lo vas a tener lleno de personas queriendo comprar lo que les ofrezcas, creer que eres el único vendedor o que tu producto es único y original, creer que hacer Marketing es un gasto innecesario y que basta con poner una cartulina fosforescente y en “ocasiones especiales” poner una edecán y una bocina tronada a todo volumen.
Otro de los errores más comunes que conlleva pensar así es creer que ser el dueño del negocio te convierte inmediatamente en el Director o Gerente del negocio y que tus decisiones son las mejores para tus necesidades. Entonces te montas en el papel de Jefazo del año, y tu palabra es única e inapelable, de ahí nace que tengas empleados enojados, y por consecuencia lógica un mal servicio o un mal producto, y termines en el callejón de los fracasos.
Así que, si no quieres pertenecer a la estadística de fracasos, empieza por definir la palabra éxito de manera correcta, busca tu Satisfacción Realista, si bien la meritocracia ha hecho las bases del hermoso país que tenemos, hoy tenemos un montón de soñadores que, si no se ven montados en una trocona del año o un deportivo, se sienten fracasados.
Empieza por entender que la plataforma de la que despegas define mucho el punto objetivo al que quieres llegar, los sueños dejan de ser sueños cuando empiezas a planear, y la planeación debe ser realista.
Si hoy no tienes nada, no puedes auto-exigirte que tu ideal sea vivir en la opulencia de la noche a la mañana, pero si puedes entender que tu pondrás los cimientos para que tus futuras generaciones la disfruten, solo debes dejar el egoísmo. Y si tu ego tiembla por pensar que tu manejaras un sedán mientras tus nietos andarán en autos deportivos, piensa en que, sin ti, ellos seguirían esperanzados a que el autobús no los deje con la mano estirada.
Una vez que definas esto podrás poner objetivos reales en tu emprendimiento, pronosticar ventas reales y hacer las inversiones correctas. La estadística dice que en los primeros 5 años de vida efectiva de una empresa se define su camino, y después de los primeros 10 años se empiezan a ver resultados, el esperado camino al éxito.
Así que no corras, ni pongas tus esperanzas en meses. Emprende hoy, dar el primer paso te acerca a la meta, pero no intentes llegar a ella sin la preparación necesaria. Investiga y analiza, y si no tienes tiempo o cabeza para hacerlo, busca terapia de negocios (consultoría).
La idea de “Marketing Therapy” en Grupo CAM nació precisamente de la experiencia que hemos tenido con cientos de clientes que han venido desde por una impresión de una lona de 1x1 hasta el que nos pide que organicemos un evento para posicionar su marca y al final terminan fracasando por no dejar de lado el “pensamiento changarrero”.
A veces los negocios necesitan terapia, y como nosotros, debemos buscar especialistas en el tema para poder platicar, confesar nuestros miedos y errores, y poner en marcha una estrategia que cambie el panorama.
Y sé que muchos detractores del tema dirán que hay casos de éxito en donde un pequeño changarro se convirtió en un éxito abrumador, lo que no ven es que en la mayoría de los casos el éxito se debió al hijo que estudio para poder administrar bien el negocio familiar y entonces ya hay un especialista consultando las decisiones. Pero que en el trasfondo sigue el “pensamiento changarrero” que detona en un mal servicio, mala calidad de los productos, cero estrategias de precio y por tardado que parezca el fracaso anunciado desde el inicio, y si, en ocasiones se necesitan dos generaciones de malas decisiones para terminar con un negocio “exitoso”.
Acércate a las personas correctas, deja de lado a las “amistades” envidiosas que te dicen que no podrás en lugar de decirte como podrías.
Deja que te ayuden, consulta, y si en algún momento decides invertir en mercadotecnia o publicidad, busca opciones que tengan estrategias como las que manejamos en Legba Studio, que, al ser un estudio gráfico e imprenta, asesora a sus clientes sobre los esfuerzos publicitarios que de verdad les va a funcionar con el mismo presupuesto, en lugar de vender solo por vender.
Deja de lado el “pensamiento changarrero” quita la lona fosforescente, y no gastes en la edecán. Invierte de manera inteligente, incluso viendo videos, escuchando podcasts, o leyendo artículos como este, que te ayudarán a tener una perspectiva diferente sobre los negocios.
Emprende hoy, que mañana será muy tarde.